Siguiendo con las entradas sobre la transición de pista a playa hoy exponemos una pequeña iniciación hacia el gesto de ataque. En esta modalidad deportiva, a diferencia del voleibol, la contundencia en el ataque resulta mucho menos importante de lo que pueda parecer. En el voley playa, el tener una buena visión del terreno contrario y un correcto control de balón hacen que los porcentajes de puntos positivos se eleven considerablemente.
Además de aspectos como la coordinación con el compañero, la comunicación y las transiciones hacia el ataque, un aspecto muy importante que debemos desarrollar desde la iniciación es la técnica de golpeo. Enseñar a nuestros jugadores a realizar golpeos de muñeca con una adecuada precisión y toques de nudillos característicos del voley playa debe ser una constante en nuestras sesiones basadas en el ataque, por ello insistiremos sobre su importancia a nuestros jugadores.
Haremos especial mención a los últimos pasos que completan la acción de ataque, el golpeo, buscando que nuestros jugadores realicen acciones con el brazo bien estirado y equilibrando con la mano contraria a la de ataque. Mientras el brazo contrario va bajando, el brazo ejecutor golpeará con la mano bien abierta y envolviendo el balón para acompañarlo con el cuerpo, así conseguiremos un efecto hacia delante que, según la fuerza ejercida, podrá ser dirigido hacia el fondo del campo o hacia zonas cercanas a la red.
Para evolucionar estos conceptos del ataque en voleyplaya, vamos a trabajar de forma analítica, aislando aspectos determinados del gesto técnico para centrar la atención del deportista en un aspecto concreto, para finalizar combinándolos, de manera que realizamos una progresión lógica. En el post de hoy vamos a centrarnos en la acción del brazo y la mano en los diferentes tipos de golpeo, sin introducir trabajo de piernas o salto, pues incrementan la dificultad y nuestro objetivo es simplificarlo al máximo. Esto no quiere decir que no se pueda trabajar de manera global, realizando el gesto completo, pero en este caso particular, con jugadores sin experiencia, vamos a comenzar trabajando de forma básica.
Para comenzar, vamos a tratar de practicar este tipo de golpeo con nuestros jugadores en parejas. Un jugador se sitúa frente a su compañero con la red de por medio y realizamos golpeos controlados a unos dos metros de la red.
Este mismo ejercicio, una vez controlado, lo podemos evolucionar buscando que los jugadores adquieran precisión aun aumentando la distancia. Para ello, cada vez que un jugador acierte a mandarle correctamente el balón a su compañero, podrá dar un paso hacia atrás hasta que ambos consigan llegar al fondo del campo.
Por último, realizaremos una pequeña introducción al toque de nudillos. En esta técnica, el armado hacia el balón es exactamente el mismo que en el gesto de ataque, solo que esta vez en vez de golpear el balón con toda nuestra mano utilizamos nuestros dedos flexionados para golpear con las articulaciones medianas. Nuevamente será la muñeca quien dé la dirección al balón, pero durante este ejercicio de iniciación lo que buscaremos serán toques frontales en parejas.
En este caso, comenzamos con un autolanzamiento seguido de un golpeo por encima de la red hacia el compañero y podremos evolucionarlo, ya sea hacia toques consecutivos o toques con un autopase previo.
Esta pequeña progresión, va a permitir al jugador familiarizarse con el balón en el ataque y con diferentes tipos de golpeos. En el caso de deportistas inexpertos, vamos a encontrarnos que les resultará complejo realizar golpeos con parábola y de corta distancia. Por lo general, observaremos que les cuesta regular la fuerza y velocidad del brazo y que tienden a realizar ataques con excesiva potencia. Este es uno de los aspectos en los que debemos incidir pues, como mencionábamos al principio, el voley playa se basa mucho más en la visión del campo contrario y la capacidad de dirigir el balón hacia la zona deseada que a la fuerza del ataque.