Últimamente hemos estado muy ocupados y, por desgracia no hemos tenido tiempo para dedicarnos a voleyporelmundo.com, pero esto no significa que no sigamos aquí. Por esta razón, y porque hemos recibido bastantes mensajes preguntándonos qué pasaba, hemos decidido sacar un poco de tiempo para publicar una nueva entrada, esta vez sobre voley playa.
Antes de verse inmersos en cualquier competición, nuestros jugadores deben tener en cuenta unos cuantos principios que deben seguir a la hora de plantear y jugar sus partidos.
A día de hoy todavía apenas tenemos presente el trabajo del entrenador en la cancha pues, a excepción de en categorías inferiores, esta figura no está permitida como tal. Además, en ciertas competiciones senior, muchos equipos se ven en la obligación de prescindir de la figura del entrenador durante los torneos por motivos económicos. Por esta razón se hace realmente importante que los jugadores aprendan a seguir unos protocolos y entiendan ciertos conceptos en los que basarse a la hora de enfrentarse a la competición.
Durante la preparación del encuentro debemos analizar al rival y estudiar su juego. Es el momento de plantear una estrategia. Elegimos un objetivo, normalmente el jugador más limitado y/o que más convenga a nuestras características de juego, y forzamos el juego sobre este jugador empezando desde el saque y continuando en cada ocasión que debamos enviar un balón fácil al equipo rival. Es importante el saber seguir la estrategia, más aun con equipos difíciles pues, aunque en un principio pueda no estar funcionando, no significa que en los momentos de mayor cansancio y tensión, que es cuando los jugadores tienden a realizar las acciones que mayor seguridad le dan, nuestra estrategia comience a dar sus frutos. Ese será el momento que debemos aprovechar para distanciarnos en el marcador.
Sin embargo nuestra táctica no sólo se basa en enviar todos los balones que podamos a un determinado jugador; nosotros también debemos tener un plan de juego a la hora de reforzar nuestra salida de recepción y nuestro sistema de defensa. Debemos saber dónde nos será más fácil hacer el punto y trabajar sobre ello. Es decir: qué bloquea y defiende mejor el rival, dónde ataca cada jugador con un porcentaje más alto, dónde debemos prestar más atención a la hora de defender, etc.
Con todo bien preparado y estudiado siempre nos será más fácil llegar a la victoria, pero eso no la asegura al 100%, pues nuestro rival también planteará una estrategia frente a nuestro equipo.
Aunque debemos ser consistentes con nuestro planteamiento, en determinadas ocasiones nos encontraremos en la necesidad de cambiarlo cuando las cosas no salen de la manera esperada. Por esta razón es importante disponer de un plan B para poder responder a esta situacion. En esos casos los jugadores deben tener la cabeza fría y saber cuándo es el momento de hacer un cambio a nuestro planteamiento del juego.
Además de la estrategia de juego, otro aspecto fundamental en voley playa y que puede marcar la diferencia notablemente es la comunicación entre compañeros. Una vez entremos en el partido, esta será siempre uno de los puntos más importantes. Empezaremos en la recepción, el primer gesto técnico que realizamos cuando nos viene el saque y del que dependerá el resultado de la jugada. Antes de que el árbitro dé la señal del saque ya debemos comunicarnos con nuestro compañero, dando información sobre el mismo y decidiendo quien cubre los puntos débiles de nuestra recepción. Por norma general decidimos quién cubre el centro del campo, aunque tampoco está de más pedir ayuda al compañero en situaciones de mayor presión para que éste abarque un poco más de campo y forzar al sacador a buscar otros objetivos. Cualquier comentario que ofrezca información es bienvenido.
Tras la recepción realizamos la colocación, un gesto preciso y complejo. El jugador que coloca debe conocer a su compañero, saber qué tipo de balón necesita y le gusta. El atacante debe preocuparse de hacer el punto pero su compañero debe facilitarle la acción en la medida de lo posible. Es importante evitar tener miedo al error al ejecutar la colocación. Es normal que el jugador de voleyplaya luche contra su mente a la hora de colocar y es un error que debemos subsanar mediante el trabajo tanto técnico como psicológico, tratando de dar confianza tanto por parte del entrenador como del compañero que, nuevamente mediante la comunicación, intentarán perfeccionar su conexión en el campo para llegar al éxito.
Por último tenemos el ataque, el gesto técnico que debe concluir la jugada. Hay que evitar caer en la tentación de atacar por atacar, creer que el golpeo duro del balón es el camino fácil de hacer el punto. Los recursos son muchos, y más aun con una buena colocación. Saber aprovecharlos todos y prestar atención a la ayuda ofrecida por el compañero cuando te informe de las zonas libres del campo aumenta las posibilidades de éxito. En voley playa no siempre necesitamos un gran toque para hacer el punto, tan sólo saber visualizar el campo contrario y dirigir el balón donde no se encuentra rival, sin ajustar en exceso, puede ser suficiente. Y si no está claro dónde se puede lograr el punto, al menos hay que conseguir que el oponente se mueva y le resulte difícil montar el contraataque. En esos casos, siempre con bloqueo, podemos encontrar dos opciones que normalmente hacen difícil la defensa: diagonal corta o línea sobre bloqueo. El defensor suele permanecer esperando el golpeo duro del balón, con lo cual un toque a estas zonas provoca que exista un movimiento por su parte. Aprovecha esa circunstancia y practica esos toques, pues es una solución cuando a veces no hay opción de hacer el punto a la primera, vuelve a la posición inicial de defensa e intenta volver a tener la iniciativa del punto.
Estos son consejos que conforme los jugadores van cogiendo experiencia los van asumiendo y mecanizando, se instalan en la mente del jugador y aparecen sin necesidad de ayuda. Sin embargo en momentos de tensión pueden olvidarse, siendo el momento en el que algún componente de la pareja mantenga la calma y trate de analizar qué es lo que está pasando en el partido y cuál es la solución a los problemas. Siempre es difícil asumir el error y entender las consecuencias de tus actos en un momento de tensión, de ahí que debemos trabajar los momentos de presión y saber reconducirlos hacia nuestro propio beneficio.
¿Un consejo para entrenadores que permanecen fuera del partido? Crea pautas en tus jugadores y dales cierta información concisa por escrito. Si los enseñamos a pedir los tiempos muertos y analizar la situación, estas pequeñas notas podrán ayudarlos a volver al partido con un mayor grado de concentración y preparados para hacer frente al rival.