A pesar de que el vóley playa no es un deporte tan estudiado como su hermano, el voleibol, los diferentes investigadores encuentran como puntos fundamentales a la hora de diferenciar los equipos ganadores y perdedores, las técnicas empleadas a la hora de sacar y atacar.
La realidad es que un equipo con un buen saque siempre tendrá más opciones de hacer un contraataque que el equipo de menor control en esta técnica. Si dificultamos el montaje del complejo 1 (K1) desde la recepción, es natural que las siguientes acciones del juego tengan una desventaja añadida que incrementa la probabilidad de hacer el punto del equipo sacador.
Pero mientras que el saque depende de cada jugador, es la única acción en vóley playa o voleibol en la que el jugador tiene el balón bajo control, el resto de gestos técnicos siempre vienen acompañados de una acción previa que influye en la siguiente, como es el caso del ataque, otra de estas acciones determinantes del rendimiento. La calidad del ataque, así como la técnica escogida para el mismo no sólo dependen de las características y las preferencias de cada jugador, sino que se van a ver muy influidas por la accion anterior: la colocación.
Y se trata de este gesto técnico del que vamos a hablar en el post de hoy. La colocación es e gesto técnico que precede al ataque y que, si queremos lograr un buen nivel eficacia, nos exige una precisión y coordinación con el compañero que será parte fundamental del desarrollo de esta técnica.
Aunque en el volebol de pista nos encontramos con especialistas que realizan siempre en el segundo toque, en vóley playa ambos jugadores deben de tener la capacidad de poder colocar un balón a su compañero. Entrenar cada día la colocación en playa, bajo diferentes condiciones y circunstancias, debe formar parte del día a día del jugador que quiera crecer en este deporte.
A la hora de actuar, podemos diferenciar entre dos técnicas principales: el toque de antebrazos y el toque de dedos. Utilizar una u otra depende tanto de la calidad técnica que posea el jugador y su control como de la toma de decisiones anterior a la ejecución de la acción, en función de la calidad del golpeo anterior del compañero.
Entrando a desentrañar la colocación de dedos, debemos decir que siempre será más precisa que la colocación de antebrazos, por muy buen toque antebrazos que tenga el jugador. Al ser más precisos de dedos, es el gesto que debemos tratar de utilizar con parejas con poco margen y recursos a la hora de atacar.
Sin embargo, el toque de dedos tiene un inconveniente, ya que es un gesto técnico muy complejo y se rige por un estricto reglamento. Siguiendo la norma, el balón ha de jugarse con un movimiento rápido, no agarrarlo ni bajarlo en exceso, y además debe ser tocado con ambas manos a la vez en un mismo contacto. Que el balón gire no significa realmente que exista la falta, pero muchas veces indica que el contacto con el balón no fue de manera simultánea con ambas manos.
De ahí podemos ver en cualquier torneo que cuando el jugador no está estable o su posicionamiento y técnica no es la correcta, decida utilizar el gesto de antebrazos a la hora de colocar o corra el riego de tocar de dedos y el árbitro le pite falta en el toque.
El toque de dedos tiene mucho de psicológico. La falta de confianza o una falta en un el inicio de un partido puede hacer que el jugador no vuelva a usar el gesto técnico en lo que queda del mismo o incluso de un torneo. En estos casos muchas veces es mejor no intentar forzar y errar, pues no conviene al equipo y puede acabar resultando contraproducente. En esos casos, es mejor basarse en el toque de antebrazos pues esta técnica tiene una cosa que no tiene el toque de dedos: nunca nos van a pitar falta. Es una cosa menos en que prestar atención, el jugador sentirá menos presión y podrá priorizar otras acciones. Por supuesto debe seguir siendo preciso y para ello la trabajaremos en nuestros entrenamientos, pero para jugadores ya con recorrido en diferentes competiciones a veces no merece la pena intentar exigir un buena colocación de dedos si antes nunca lo han hecho.
Además, la colocación de antebrazos la trabajaremos en diferentes facetas del juego casi como prioridad, pues muchos balones alejados de la red o defendidos y con mucha fuerza deberán ser colocados de antebrazos para que no caigamos en continuas faltas en el contacto. Todo dependerá de la dificultad del primer toque realizado, ya que insistimos que el toque de dedos debe ser la primera opción para parejas con seguridad y un buen balón proveniente desde el primer toque.