El calentamiento con balón es una fase fundamental del entrenamiento que muchos equipos suelen plantear de manera genérica para todos los jugadores. Sin embargo, es bien cierto que dentro del mismo equipo no todos los puestos desempeñan la misma función y, por lo tanto, el calentamiento que necesitan no debería ser igual.
De la tradicional entrada en calor con lanzamientos, toques de dedos y antebrazos y ataque-defensa, podemos evolucionar a algo un poco más adaptado a las tareas que nuestros jugadores van a desempeñar durante el juego. ¿Qué necesidad tiene el colocador de trabajar el ataque antes de entrenar o incluso competir? ¿Qué convierte a los lanzamientos en un ejercicio de calentamiento casi imprescindible?
La posibilidad de comenzar con ejercicios más específicos, adaptados y relacionados con el trabajo posterior tanto del grupo como de cada deportista, nos puede permitir ganar tiempo en nuestros entrenamientos y desarrollar mejor a los jugadores que desempeñan funciones más concretas, como es el caso del colocador.
La principal razón por la que planteamos esta cuestión es que el tiempo de entrenamiento suele ser limitado y, por tanto, debemos aprovecharlo al máximo, pues ello repercutirá positivamente en nuestro rendimiento.
Establecer una serie de rutinas específicas por puestos, nos permitirá aprovechar mejor el entrenamiento y preparar a cada jugador para la función que realizará posteriormente.
El trabajo específico para el colocador:
Desde las primeras etapas de la especialización por puestos, que los distintos autores establecen e edades diferentes y en cuyo debate no vamos a entrar en este post, como entrenadores debemos establecer unas rutinas de trabajo para cada uno de nuestros jugadores en base hacia la función que van a desempeñar en el terreno de juego.
Como indica Carlos Fernández (2003), el colocador es un puesto con una elevada complejidad y cuya importancia y relevancia en el equipo es un generalmente aceptada y conocida, no solamente por su frecuente intervención en el juego, sino por la calidad que se le exige a las acciones que lleva a cabo. Este segundo factor cualitativo, es un aspecto que debe ser desarrollado desde los comienzos a través de un trabajo técnico bien estructurado y progresivo.
El dominio de la técnica de toque de dedos va a facilitar la adquisición de la calidad y precisión necesaria y posteriormente permitirá al entrenador centrarse en aspectos tácticos y estratégicos que condicionarán rendimiento del equipo en la competición.
En nuestra entrada de hoy vamos a centrarnos en las primeras fases de la formación de nuestros colocadores, donde priorizaremos el trabajo técnico y de control del toque por encima de la precisión que, en nuestra opinión, debe tener un desarrollo una vez que la técnica correcta está bien adquirida y automatizada. El objetivo de este tipo de entrenamiento será la asimilación del esquema de acción motriz y la creación de unos rutinas de trabajo positivas donde el jugador interiorizará la importancia y particularidades de su posición de juego.
Ante la pregunta de cómo desarrollar la técnica del colocador y el control del toque de dedos, podemos utilizar un elevado número de ejercicios. La clave es escoger aquellos más apropiados para el nivel de nuestro colocador y crear una rutina sobre la que trabajar que podremos ir modificando en función de nuestros intereses o a medida que el deportista evolucione.
Aquí tenéis una sencilla relación de ejercicios de ejemplo que pueden ser realizados de manera individual por nuestros colocadores en la parte inicial del entrenamiento. Lo ideal es escoger varios ejercicios de técnica y evolucionar hacia trabajo de colocación propiamente dicho:
- Mejora de la técnica de toque de dedos:
- Toques de dedos contra la pared
- Toques de dedos contra el poste
- Toques de dedos contra una portería
- Toques de dedos contra la pared en una esquina (de frente – de lado)
- Toques en fitball (con compañero o contra la pared)
- Toques contra la pared de espaldas
- Toques contra la pared girando
- Toques por parejas limitando el número de dedos (sólo pulgar e índice; pulgar, índice y corazón…)
- Mejora de la colocación:
- Colocación desde el suelo a diferentes zonas.
- Colocación en salto (repeticiones a diferentes zonas)
- Colocación de balones difíciles.
- Colocación desde penetración (partiendo desde diferentes zonas)
- Colocación tras defensa de otro jugador o jugadores.
Aquí os dejamos un vídeo con una sencilla rutina de calentamiento para la colocación, en este caso, trabajando hacia zonas 2 y 4.