En el post anterior, explicamos en qué consiste la propiocepción. Sin embargo, no nos adentramos en la importancia que éste aspecto tiene en el entrenamiento en un deporte como el voleibol.
¿Para qué sirve la propiocepción y cómo se aplica al voleibol?
Cuando la propiocepción funciona de manera correcta, somos capaces de adaptar nuestra posición y nuestra postura de manera automática, realizando ajustes en función de las distintas situaciones, y respondiendo de manera rápida y eficaz ante diferentes circunstancias.
En el voleibol, un deporte donde la técnica juega un papel fundamental, el dominio del propio cuerpo es clave para ejecutar las acciones de manera correcta y precisa. Además, la limitación temporal que se asocia a esta actividad requiere una respuesta rápida y eficaz por parte del jugador, por lo que el sistema propioceptivo, además de otros factores, tienen una gran relevancia.
Si trabajamos con jugadores jóvenes, nos encontraremos con casos de deportistas con una mayor habilidad y control corporal que otros, con mejores capacidades para ejecutar movimientos con fluidez y ritmo, ajustando el niveles de fuerza a las necesidades de cada acción, etc. Sin embargo, también es frecuente encontrarse a otros con mayores dificultades a la hora de planificar y graduar los movimientos, así como para mantener una buena estabilidad postural. Esto se puede deber a ciertas carencias a nivel propioceptivo. Hacer hincapié en el trabajo propioceptivo con éstos jugadores puede servir de ayuda para que alcancen un dominio del cuerpo suficiente que les permita ejecutar las complejas acciones técnicas asociadas al voleibol.
El entrenamiento propioceptivo y la coordinación:
La coordinación es la capacidad para resolver situaciones inesperadas y variables de forma segura y económica, sin perder la estabilidad articular ni el equilibrio corporal. El objetivo del entrenamiento de la coordinación, y particularmente de la propiocepción, es lograr la optimización de las secuencias de movimientos, la economía del gesto, la seguridad en las acciones. No es necesario recalcar nuevamente la importancia de esta capacidad en un deporte tan técnico como el nuestro. .
Mediante el entrenamiento propioceptivo podemos mejorar diferentes aspectos:
- Regulación de los parámetros espacio-temporales del movimiento: Ajustar los movimientos en el espacio y en el tiempo para conseguir una ejecución eficaz ante una determinada situación. Como puede ser, realizar un desplazamiento para ejecutar un toque de dedos, calculando la distancia y el tiempo que tardará en llegar a una zona determinada para posicionarse correctamente debajo del balón en el momento adecuado.
- Capacidad para mantener el equilibrio tanto en situaciones estáticas como dinámicas. A través del sistema propioceptivo podemos conseguir una adaptación del cuerpo para lograr recuperar posiciones de estabilidad de manera rápida, incluso anticiparnos a las posibles alteraciones del equilibrio para evitar que éstas se produzcan (mecanismo de anticipación). Este aspecto tendrá gran importancia especialmente en el apartado de prevención de lesiones del que hablaremos en el próximo post.
- Sentido del Ritmo: Este aspecto tiene más relevancia en el ámbito deportivo de la que pueda parecer en un primer momento, ya que las diferentes acciones motrices se pueden descomponer en elementos aislados que se integran y se ejecutan de forma fluida en una sola acción. Por ejemplo, la batida de remate, se compone de pasos de aproximación, impulso, fase de vuelo, golpeo y caída. Cada una de estas fases se deben ejecutar de manera armónica y combinada, y ahí es donde el sentido del ritmo cobra su importancia.
- Capacidad de orientación espacial: Este aspecto está basado en el sistema visual además del propioceptivo. Podríamos mejorar esta capacidad a través del entrenamiento de la atención voluntaria (elegir los estímulos más importantes).
- Capacidad de relajación muscular: El sistema propioceptivo ofrece información sobre la situación de los músculos (grado de estiramiento, grado de tensión,etc.) Es importante, ya que una tensión excesiva de los músculos que no intervienen en una determinada acción puede disminuir la coordinación del movimiento, limitar su amplitud, velocidad, fuerza.
Ejercicios para trabajar con jugadores de voleibol
La variedad de ejercicios que existen para trabajar la propiocepción es muy amplia. Sin embargo, a nosotros nos gusta introducir, siempre que sea posible, el balón de voleibol. Por esta razón, hemos escogido una pequeña selección de ejercicios como introducción que ampliaremos en la próxima entrada.
Ejercicios de tren inferior:
- Individual: Apoyados en una sola pierna, desplazar el balón
por el suelo con el pie libre dibujando círculos alrededor del contrario.
- Parejas: Batalla contra el compañero a la pata coja: Con las rodilla ligeramente flexionada, ambos jugadores con las manos en el balón, deben tratar de mantener el equilibrio al tiempo que intentan que el compañero apoye el otro pie en el suelo.
Ejercicios de brazo:
Individual: Un jugador con los ojos cerrados situado con balón en la mano apoyado en la pared. Llevando el peso hacia delante, realiza movimientos del balón con el brazo, manteniendo el control y la estabilidad.
- Parejas: Un jugador se coloca de pie con una mano en el balón y los ojos cerrados, dejando caer parte de su peso sobre el mismo. Su compañero aguanta el balón con ambas manos y va realizando movimientos del mismo en diferentes direcciones.
Aquí podéis ver un vídeo de todos estos ejercicios: