Durante el juego podemos encontrarnos con múltiples situaciones en las que los atacantes se encuentras ante balones poco precisos. Tras una mala recepción o defensa nuestro colocador, o cualquier otro jugador, puede verse en la necesidad de levantar un balón alto con el objetivo de que un compañero realice un golpeo hacia el campo contrario.
Estas colocaciones se encuentran fuera del ideal del atacante, que hemos trabajado en otras entradas, aunque ocurren con bastante frecuencia. Por lo tanto, es realmente necesario que durante nuestros entrenamientos planteemos situaciones donde el segundo toque de nuestro equipo se ejecute fuera de lo que consideramos el sistema ideal. El objetivo es mejorar la efectividad de nuestro ataque, dando pautas a seguir y evitando el automatismo en la batida de ataque hacia un lugar determinado.
En estas ocasiones de las que hablamos, las fases del ataque pueden sufrir modificaciones en tiempo (vuelo del balón) y la distancia (a recorrer tanto por el jugador como por el balón) y requieren una adaptación fuera de esa situación perfecta. Muchas colocaciones pueden ser exteriores, interiores o separadas de la red debido a las circunstancias del juego, de manera que las fases del ataque deben adaptarse. El jugador debe saber apreciar la trayectoria del balón y ajustar su posición para intentar colocar su cuerpo de manera que pueda atacar el balón con la mayor contundencia y precisión dentro de las posibilidades que se le presentan.
En estas circunstancias las fases del ataque son las mismas: aproximación a la red, salto, armado, golpeo y aterrizaje; la única diferencia es que los jugadores deberán adaptar la batida a la colocación para buscar la mejor opción de golpeo que les permita bien la consecución del punto o bien la continuidad en el juego.
Para trabajar estas situaciones del juego vamos a ofreceros una serie de ejercicios que pueden ayudar a nuestros jugadores a modificar sus batidas ante diferentes tipos de balones. Como siempre, desarrollaremos los ejercicios progresando desde lo fácil a lo difícil intentando plantear una evolución razonada para nuestros entrenamientos.
Ejercicio 1:
Comenzamos realizando un trabajo de aproximación a la red frente diferentes tipos de balones simulados. Trabajaremos en un ejercicio de calentamiento (katas de mecanización de movimientos) donde nuestros jugadores lanzarán saquitos de arena o bien pelotas de tenis tras realizar diferentes tipos de batidas. El salto hacia el balón vendrá marcado por diferentes conos o señales situados en el campo que simularán diferentes tipos de colocaciones: interiores, largas, separadas, etc. El jugador deberá adaptar su posición tras el primer paso de aproximación a la red, ajustando los siguientes pasos para culminar la batida en un impulso con el pie contrario al brazo ejecutor.
Ejercicio 2:
Como evolución a este ejercicio plantearemos acciones reales de ataque. En este caso situamos a un entrenador en el centro del campo con un carro de balones. El ejercicio consistirá en lanzar balones a diferentes alturas y con diferentes trayectorias de manera que los jugadores deban adaptar su batida y realizar un ataque positivo hacia el campo contrario.
Ejercicio 3:
Por último, realizamos una tanda de ataque donde el colocador realiza el pase tras un balón que lanza el entrenador sobre la red. El objetivo de los colocadores es un pase alto al ala, mientras que el trabajo de los atacantes es el de modificar la aproximación a la red, siempre que sea necesario, y realizar un ataque eficaz. De manera general, las colocaciones no entrarán dentro del ideal, lo que obligará a los atacantes a buscar soluciones ante las distintas situaciones.